Guardería de Reinsdorf

2011

El programa especificado plantea dos retos particulares:
El tamaño de las instalaciones y la cuestión asociada de la escala del niño.

El emplazamiento, que se presenta como un espacio paisajístico abierto sin referencia a otros edificios.

Además, un jardín de infancia es siempre una tarea especial, ya que el edificio no sólo debe tener en cuenta cuestiones de diseño, funcionales, económicas y ecológicas, sino que también debe responder a la especial tarea educativa y emocional de un edificio para niños.

A partir del orden del programa espacial se desarrolla una figura significativa del edificio, que es visible desde los accesos superiores a nivel de calle, pero que no puede percibirse desde la perspectiva de los niños que se desplazan por el recinto.

La figura del edificio en forma de estrella garantiza así distancias cortas y una buena orientación en el edificio, al tiempo que el verdadero tamaño del edificio permanece oculto al ojo del niño, que «sobredimensiona» el tamaño real del edificio.

El paisaje del tejado plegado «rompe» una vez más la escala del edificio y abre mundos visuales al espectador: «leer» como un paisaje plegado en relación con el paisaje montañoso circundante es tan posible como «leer» como (otro) «pueblo» en el paisaje.

La decisión básica de disponer todas las habitaciones en un solo nivel y de situar el edificio en el centro del recinto permite a los niños el mayor grado posible de exploración y experiencia independientes de su entorno y de todas las habitaciones.